miércoles, 7 de agosto de 2019

Hesíodo y Píndaro


Hesíodo y Píndaro
(Resumen)

Hesíodo (que floreció hacia el 700 a.C.) declara haber sido pastor antes que rapsoda, se dice hijo de un mercader originario de la Eolia, en el Asia Menor, que más tarde se transfirió a Ascra, en Beocia. Puede considerarse, en cierto modo, un típico poeta democrático, con una integración de viejos motivos ético-religiosos con elementos nuevos. Quien reacomoda el mundo de los dioses homéricos.

Para Hesíodo, Zeus es el dios supremamente justo, que humilla a los soberbios y ensalza a los humildes; su hermano Perses, derrochador y perezoso; la diosa Discordia (Eris maligna) que engendra la justicia y la contienda. Según Hesíodo una “Eris benigna” que no promueve la lucha sino la emulación en el trabajo, el camino que con fatiga y sudor conduce al hombre hacia el bienestar.

La justicia y el derecho, anima la obra entera de Hesíodo que refleja el progreso de las colonias asiáticas y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
En su obra principal, la Teogonía, confiere a la trinidad de las Horai u Horas, Diké (justicia o derecho), Eunomia (legalidad o buen orden) y Eirene (paz). En la cual da orden lógico y genealógico al conjunto de las divinidades tradicionales y representa con mitos poéticos el origen mismo del universo.

Pero la visión general de Hesíodo es en el fondo amarga y pesimista, sin embargo en el grandioso orden cósmico imaginado por él, la obra humilde del hombre, que es contienda y dolor, podrá no hallarse destinada a un éxito evidente, pero no por ello deja de tener una gran dignidad.



Píndaro, poeta típicamente aristocrático (nativo en Tebas, en Beocia, floreció en la segunda mitad del siglo V a. C.)  el poeta canta para exaltar con religiosa solemnidad la “virtud” del atleta, en sus célebres Epinicios (himnos “después de las victorias deportivas”) de los vencedores en los juegos panhelénicos, concurso atlético que representaba la unión entre los griego. Era famosos también los Délficos, los Ístmicos y los Nemeos.

Ya en Homero y aun  en la época de Píndaro se asocia el valor atlético y la práctica desinteresada de los deportes a la “arete” aristocrática (por razones de tradición y económicas). Por tal razón a los pensamientos de este poeta, le inyecta entusiasmo y lo reviste de tantos esplendores y ecos míticos y épicos, que lo convierten en fuente de inspiración de excelsa poesía.

Como poeta, no tuvo Píndaro ni imitadores ni secuaces. No obstante formulo el problema (si es posible enseñar la virtud) tal respuesta lo encontró en la sistematización racional en la República de Platón. 




Conozca más acerca de ellos en: https://www.e-torredebabel.com/Mitologia/mitos-heroes-griegos/Hesiodo-hombres-celebres-Grecia-FC22.htm